Comunicado: Gestiones de la FEADA ante organismos aeronáuticos relativas al espacio aéreo.

GESTIONES REALIZADAS POR LA FEADA ANTE ORGANISMOS AERONÁUTICOS TENDENTES A FLEXIBILIZAR Y COMPATIBILIZAR EL ESPACIO AÉREO.

Con ocasión de los incidentes producidos en el Valle de Abdalajís, la FEADA quiere informar a todos los practicantes del deporte aéreo, en especial a los deportistas federados, de las gestiones realizadas encaminadas a legalizar los espacios aéreos andaluces que presentan alguna limitación legal para poder practicar el deporte aéreo.

Desde el año 2009, la FEADA está integrada en los foros de discusión de la administración pública participando activamente en las consultas y reuniones que se organizan para la puesta en común de asuntos que puedan afectar a los usuarios del espacio aéreo, como es el caso de los deportistas en la práctica de las diferentes disciplinas que acoge esta Federación.

Entre los intereses de los deportistas que se han venido defendiendo en estos foros están las interacciones que ciertas disciplinas deportivas, tales como el vuelo libre, el paramotor o el aeromodelismo, tienen con otros usuarios del espacio aéreo y, especialmente, con la propia configuración del espacio aéreo, como son aquellos que tienen el carácter de controlados, peligrosos, prohibidos o restringidos, que en ocasiones suponen un obstáculo puramente legal y no justificado para la práctica deportiva.

El problema subyacente en la mayor parte de los conflictos que se detectan está en la carencia de normativa estatal específica que contemple estas disciplinas ya que, a falta de una regulación específica, se viene aplicando la regulación genérica destinada a “todo lo que vuela” sin los matices necesarios que una normativa específica debería aportar, para no encontrarnos con incongruencias tales como que se aplique la normativa específica de los ultraligeros al vuelo libre y al paramotor (como disciplina regulada “más parecida”) o de los RPAS al aeromodelismo (por ser la práctica aeronáutica más parecida al aeromodelismo) a falta de un desarrollo normativo específico adecuado.

Así podemos encontrarnos con situaciones, legalmente incuestionables a la luz del marco normativo español pero inadecuadas en la práctica, tales como la prohibición del vuelo libre en todos los espacios aéreos controlados (cuando el vuelo a vela, que no es más que una variante del vuelo libre, sí está permitido en ese entorno ya que tiene su propia normativa específica) o la imposibilidad legal de subir por encima de 300 metros sobre el terreno al aplicársele a aquellas disciplinas (como el vuelo libre o el paramotor) las mismas restricciones que tienen los ultraligeros ante la falta de una normativa específica.

En estos seis años han sido muchas las intervenciones que ha tenido la FEADA en la defensa de los intereses de sus deportistas en este ámbito, habiendo conseguido acuerdos puntuales con los gestores del espacio aéreo (principalmente AENA/ENAIRE) para viabilizar la práctica deportiva de estas disciplinas en tanto el regulador (la Dirección General de Aviación Civil – DGAC) desarrolle sus normativas específicas, algo que lamentablemente no se encuentra entre sus prioridades. Habitualmente estos conflictos se vienen resolviendo mediante la aplicación de acuerdos puntuales en los casos en los que las operaciones deportivas que se pretenden estén claramente definidas, adecuadamente conducidas por personas o entidades responsables y, de esta manera, se consideren viables a la luz de un estudio de seguridad.

Así en 2015, tanto AENA como la autoridad española (Agencia Estatal de Seguridad Aérea – AESA), como resultado de las gestiones de la FEADA en coordinación con otras federaciones autonómicas en defensa de las actividades deportivas que carecen de normativa específica, publicaron procedimientos para la autorización de aquellas actividades que potencialmente pudieran interferir con usos básicamente comerciales del espacio aéreo. Son esos procedimientos los que actualmente tratamos de aplicar allá donde es técnicamente viable.

No obstante, el hecho de que los deportistas de la FEADA no sean los únicos usuarios de los espacios aéreos susceptibles de presentar conflictos hace que, en ocasiones y pese a la aplicación de los acuerdos alcanzados, el respeto a los códigos de buenas prácticas aeronáuticas o la flexibilidad que los gestores del espacio aéreo demuestran en tanto la situación se regulariza y no suponga un peligro inminente, suelan ser personas sin identificar las que producen incidentes cuyas consecuencias afectan a todos los deportistas, como ha sido el reciente caso que afecta al vuelo libre en el CTR de Málaga tras una cuasicolisión entre un parapente y un avión de pasajeros.

En el caso específico del CTR de Málaga, y desde hace ya casi 7 años, se viene reclamando a AENA/ENAIRE la reducción de este desproporcionado espacio aéreo controlado a los efectos de desafectar la práctica de los deportes aéreos principalmente en dos aspectos:

  1. Liberar espacio controlado para la práctica del vuelo libre (sobre todo en el Valle de Abdalajís).
  2. Sacar fuera del CTR el aeródromo de La Axarquía ya que, por este simple hecho, está restringida la operación con ultraligeros (aeronaves que tienen prohibido en su normativa específica el acceso a espacios aéreos controlados) sin existir una justificación práctica para que el CTR lo abarque.

Tras años de reclamar este asunto, en noviembre de 2014 y ante el planteamiento de la FEADA de no poder esperar más para resolver los conflictos que se vienen produciendo con el vuelo libre por estar el Valle de Abdalajís dentro del CTR de Málaga, se nos comunicó desde ENAIRE que en 2015 se pretendía plantear una modificación/reducción de este CTR teniendo en cuenta las reclamaciones históricas que venía planteando la FEADA, tratando de forma específica cuando se defina el nuevo volumen del CTR aquellas otras ubicaciones susceptibles de ser utilizadas para la práctica deportiva que sigan dentro, ahora sí de una forma específica y mediante los procedimientos publicados en 2015 para el caso de actividades aeronáuticas sin regulación específica.

La última gestión realizada en este sentido, del pasado día 7 de abril, y ante la alarma producida por una potencial intervención coercitiva contra el vuelo libre por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en el entorno del CTR de Málaga, fruto de un incremento de los incidentes reportados a AENA/ENAIRE/AESA por vuelos que han llegado a entrar en conflicto con aeronaves controladas, ha sido urgir a ENAIRE para que traslade formalmente a la FEADA el perímetro propuesto para el nuevo CTR de Málaga, como era su compromiso hacer al iniciar el año 2016, para verificar aquellas actividades deportivas que serán desafectadas por esta modificación/reducción del espacio aéreo controlado (el Valle de Abdalajís presumiblemente entre ellas) tratando en una próxima reunión del Grupo Técnico de Aviación General (del que FEADA es miembro desde su fundación y tiene previsto reunirse en las próximas semanas) aquellas otras ubicaciones que no queden liberadas.